La resiliencia está de moda, y según el diccionario de la RAE es “la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”. Pues bien, en las redes, ¿cómo se puede ejercer esta adaptación?. La respuesta la dan parcialmente Manon Jurgens y Ira Helsloot en un artículo reciente en la revista Journal of Contingencies and Crisis Management. El artículo repasa la bibliografía académica publicada hasta el momento y concluye que “la auto-resiliencia es un activo importante para los ciudadanos y, por lo tanto, la sociedad puede gestionar y superar un desastre”. Esta gestión se basa en las personas que se reúnen en el lugar del desastre, ya sea geográficamente o en línea. Nos parece una aportación relevante porqué las respuestas a las crisis se caracterizan por un torrente de emociones y solidaridad en Twitter o Facebook que muchas veces adolece de una cierta organización.. Los ejemplos que citan los autores son “#jesuisbruxelles” o “#prayforbelgium” en respuesta a los ataques en Bruselas, pero hay muchos más de crisis recientes.

En redes sociales podríamos decir que la adaptación de estas comunidades toma tres momentos clave :
1.- Momento de compartir información entre ciudadanos.
2.- La fase de opinión. Momento en el que, según Jugens y Helsloot, las contribuciones a los hashtags se vuelven más impotantes porqué conectan a otros con la experiencia.
3.- Identificación de los usuarios con la comunidad. Es el simbolismo dentro de las propias comunidades creadas por los hashtags.
Los ciudadanos a través de la redes sociales comparten información, ofrecen y brindan ayuda, y resuelven problemas. Gracias a las redes participativas: “La convergencia social ya no es necesariamente solo geográfica, sino también digital”, aseguran los autores. Muchos serían los ejemplos recientes que podríamos citar, como la experiencia de los Voluntarios Digitales en Emergencias (VOST), para que nos demos cuenta de que los medios sociales, especialmente Twitter, ya no es un actor secundario ante las emergencias, si no una plataforma crucial con la que contar en la planificación de todo tipo de planes y protocolos. Es recomendable fomentar, desde las instituciones, la creación de éste tipo de comunidades para poder brindar una mayor convergencia social que ya es más digital que física.
Más imformación:
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/1468-5973.12212